Qué día.
Anoche no pude dormir un carajo y encima me levanté a las 9 de la mañana, ya que el repartidor de Avon suele venir por la mañana.
Resulta que me pegué ese madrugón (si, levantarse a la mañana es un madrugón para quien está acostumbrado a levantarse al mediodía) al divino cuete, porque hubo un problema con la camioneta y el repartidor llegó a las 3 y media de la tarde.
Se imaginarán que a esas alturas yo ya puteaba en ruso, más o menos.
Encima no me mandaron 4 productos... en el detalle de la factura figuran como no disponibles... será de Dios!!!
Pero bueno... qué se le va a hacer, estas cosas pasan.
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