domingo, 20 de julio de 2008

Otra noche rara...

Estoy otra vez en casa.

Frente a la PC, escuchando la misma radio de ayer.

Otra vez temas de hace años, uno detrás del otro.

Se supone que debería estar contenta porque es el Día del amigo (el cual espero poder festejar esta noche en el show de Martín Pastor)... pero la verdad es que estoy igual que ayer. Angustiada, añorando épocas pasadas que por más que quisiera ya no van a volver. Deseando con todas mis fuerzas que existiera la posibilidad de volver el tiempo atrás. Esperando en vano un milagro que me haga volver a ser la que era hace ocho años atrás y de la que ya no queda ni la sombra. Pensando que nunca más podré volver a creer.

Cansada de desear despertar un día pensando que estos últimos siete años de mi vida fueron sólo una pesadilla y que la realidad es diferente, que sigo siendo la que era.

Pero no, esta es la dura y cruel realidad. Tengo 24 años y llevo seis años arrastrando algo que yo llamaría depresión crónica, inestabilidad emocional aguda, apatía completa y principio de abandono. Empezó un día cualquiera, hace seis años, y de ahí en más diferentes sucesos fueron matando a cuentagotas lo que quedaba de la Yadhira de entonces.

Estoy harta de que el estado feliz y alegre sea algo fugaz. Harta de ser una de la puerta para afuera y otra de la puerta para adentro. Entrando en una instancia de mi vida en la que todo me importa poco.

Si esto no se puede solucionar cuanto antes, que se acabe de una vez.

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