lunes, 7 de julio de 2008

Cuando nada sirve de nada

Sé que la vida no ha sido injusta conmigo, o si lo fue... fue para el lado de darme más de lo que corresponde. Siempre tuve techo, paredes, comida, una familia, agua para beber, a veces incluso gaseosa, calefacción en invierno, ventilador y/o aire acondicionado en verano, comida especialmente rica en las fechas memorables del año, un poco de alcohol, golosinas, bueno, eso, la verdad es que no me falto nada. PERO HOY NO ME IMPORTA NADA DE ESO, ni siquiera el detalle de que puedo escribir esto porque tengo: una computadora, internet banda ancha, luz eléctrica, manos, educación y la suficiente sensibilidad e inteligencia emocional como para compartir mis sentimientos con otras personas. Pero quería aclarar esto para que todos sepan que no es que no puedo apreciar el millón y medio de cosas que tengo, es sólo que aquí y ahora tuve ganas de quejarme de lo que no tengo, o no me doy cuenta que tengo.

¿No les rompe las pelotas cuando está todo bien y de pronto surge el fantástico efecto dominó que derrumba su existencia piecita por piecita? UY QUÉ FATALISTA! SI! Estoy triste y estoy enojada y todo me parece entre gris y negro... y la comida no es lo suficientemente rica y el agua no es lo suficientemente fresca y el cielo no es lo suficientemente azul y la música no es lo suficientemente... melodiosa. Y nada, pero NADA es suficiente.

Y lo que más me molesta de todo es que hice todo bien! Todo estaba fenómeno. Di, y di, y di, y di. Algo recibí. El intercambio no era óptimo, pero al menos algo recibía. Algo. Y un dia a alguien se le ocurrió de que era hora de meterme todo eso que tenía para dar en el medio del orto. Y así quede, tengo el orto tan lleno de cosas que parezco el esclavo de Mr. Garrison.

Y estoy harta del gris, y estoy cansada de que todo suene como la lluvia del televisor, y estoy podrida de sentir que nadie quiere escuchar lo podrida que estoy de que todo suene y se vea como la lluvia del televisor, y estoy cansada de pensar que Barcelona está cada vez más cerca, y estoy harta del chantaje sentimental.

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