lunes, 14 de abril de 2008

Noveleando (Hoy: ESPECIAL - Telenovelas mexicanas que marcaron época - SEGUNDA PARTE)


Luis de Llano a comienzos de los 90's comenzó a ensayar con un nuevo género, la telenovela musical y su primer gran éxito fue Alcanzar una estrella. Esta era la historia de Lorena, un patito feo (Mariana Garza), que vive alucinando por un cantante de rock (Eduardo Capetillo). El alto rating ameritó una secuela, Alcanzar una estrella II, en donde sobresaldrían Ricky Martin, Sasha y Biby Gaitán.


Emilio Larrosa impuso un patrón de telenovela juvenil en 1991. Kate del Castillo, Cecilia Tijerina, Emma Laura y Tiaré Scanda eran las Muchachitas, cuatro jovencitas de diferentes estratos sociales. El esquema de seguir la vida de un grupo de amigas sería reutilizado por Larrosa en proyectos futuros como Soñadoras y Amigas y Rivales, donde el productor trataría temáticas mas audaces como la drogadicción y el SIDA.


En los 90’s, la trilogía de las Marías convertiría a Thalía en la reina de las telenovelas. Aunque las tres estaban basadas en éxitos anteriores, fue la presencia de la ex Timbiriche, la que les daría a las nuevas versiones un gran arrastre con el público. María Mercedes (1992) inició la serie que sería seguida por Marimar (1994) y sellada por María la del Barrio. Fuese como vendedora de boletos de lotería, costeñita o pepenadora, Thalía hechizaba con sus travesuras y cómico lenguaje. En Maria Mercedes curaba a su esposo de impotencia y peleaba con Laura Zapata, su hermana en la vida real; de recolectora de basura pasaba a gran dama en Maria la del Barrio; pero fue pero fue en Marimar donde Thalía se lució interpretando a una costeñita que se casa con un niño bien que la abandona y la humilla, hasta el punto que debe reinventarse y renacer como una diosa de venganza.


Hoy en día es común ver en una telenovela personajes que hablan spanglish, galanes traileros, y cantantes gruperos, pero en 1993, cuando Emilio Larrosa produjo Dos mujeres un camino, el concepto era revolucionario. Dos mujeres contaba la historia de Johnny (Erick Estrada), un trailero de Tijuana que se encontraba dividido entre dos mujeres, al mismo tiempo que vivía entre dos culturas, la mexicana y la americana. Junto a las aventuras galantes del trailero, Larrosa incluyó una subtrama que involucraba al entonces popular grupo musical Bronco, y que permitió la incursión en las telenovelas de la siempre recordada Selena.


La Mentira, de Caridad Bravo Adams, tiene un record de éxitos, ya que tanto en formato de libro como en filme y telenovela ha causado revuelo. Marga López, Julissa, Maricruz Olivier y Daniela Castro han dado vida a la desdichada Verónica cuya única culpa es tener un nombre que comienza con "V" y una prima con alma de víbora. En 1998, La Mentira volvió a la pantalla chica con olor a tequila y una pareja de primer impacto formada por Kate del Castillo y Guy Ecker.


Dos veces en la pantalla y otro tanto de veces convertida en telenovela, pero la tercera fue la vencida. En 1993, los televidentes presenciaron la telenovela más romántica de todos los tiempos, la pareja más apasionada del género, y un rol que haría inmortal a Eduardo Palomo. Escrita por Caridad Bravo Adams, Corazón salvaje, narraba la erótica atracción de una novicia por el amante de su hermana, un pirata contrabandista apodado Juan del diablo. Las playas de Nayarit sirvieron de marco a esta pasión tormentosa que, a diferencia de otras versiones, no esperaba al último capitulo para consumarse. Notables por su sensualidad y buen gusto fueron las escenas de alcoba de Juan del Diablo y las hermanas de Altamira. Edith González estuvo exquisita como la novicia "Santa Mónica" e igualmente impresionante estuvo Ana Colchero como la trágica Aimeé.


Emilio Larrosa se convirtió en el maestro de la tragicomedia humana en 1995 con El premio mayor, la historia de un típico n*aco de barrio que al volverse millonario gracias a un milagroso billete de lotería, da lecciones de mal gusto. Carlos Bonavides hizo carrera como el mujeriego Huicho Domínguez que se traslada de su barrio al Pedregal, sólo para ir perdiendo paulatinamente a toda su familia. Conmovedora estuvo Sasha como la hija adoptiva del Huicho, maltratada y humillada por éste. Laura León era Rebeca, la sufrida esposa del nuevo rico, que al final se harta de tanta nacada y cornamenta y se busca su propio millonario. El Premio mayor suscitó una secuela, Salud, dinero y amor, en donde Huicho recibe un justo castigo que le permite redimirse.


Lucero se ha caracterizado por dos cosas: hacer pocas telenovelas y regalarnos cada vez con caracterizaciones vibrantes. La más memorable fue en 1995 cuando dio vida a unas trillizas en Lazos de Amor. Extraordinaria estuvo la Sra.Mijares como la sencilla María Guadalupe, la ciega María Fernanda y la perversa María Paula. Fue en este último rol donde Lucero demostró su versatilidad al interpretar a una promiscua asesina que se consume por una pasión incestuosa por su tío (Otto Sirgo). El final fue espeluznante y abierto, puesto que el público nunca tuvo la seguridad de que Maria Paula se hubiese realmente suicidado y no estuviese ahora usurpando el lugar de Maria Guadalupe.


Aunque Bodas de Odio, su primera versión, tuvo mucho éxito, no fue comparable al fenómeno que causó Amor Real. La historia de una esposa mentirosa y de un esposo violento que entre gritos y peleas descubren el significado del verdadero amor, con un trasfondo de guerras y revoluciones. Adela Noriega y Fernando Colunga se convirtieron en los reyes de la telenovela, pero el elenco en pleno se lució con actuaciones impresionantes, entre ellos Ana Martin, Mario Iván Martinez y Ernesto Laguardia sin olvidar la última caracterización de Mariana Levy como la fea Finita.


En los 60's, cuando la telenovela todavía no tenia fisonomía propia se experimentó con la heroína malévola, y la mas diablilla de ese grupo fue Rubí, creación de Yolanda Vargas Dulché, pero en su reencarnación del 2004, Rubí se volvió humana y conquistó nuestros corazones. Bárbara Mori trasladó talento y cuerpazo a Televisa para dar vida a la coqueta colegiala que va por el mundo aplastando corazones y escrúpulos con sus altos tacones . Vestida de rojo y escoltada por su fiel escudero y modisto Loreto, La Descarada, como la denominó el tema musical, pasó por distintas camas y diferentes millonarios, sin dejar nunca de amar a su Alejandro (Eduardo Santamarina).

1 comentario:

(Damian!?) dijo...

WWAAAAAAAAAAAAA nooo una foto de Erik Estrada entes de convertirse en vendedor de pastillas!!! jajaj me mori de risa todas esas fotos ochentosas son mortales... los ochenta tuvieron como ese toque glam-grotesco-malvestido que es imposible pasarlo por alto...

un abrazo!