Ayer pasé por el que fue mi Dojo hasta hace 12 días, para retirar mi diploma y empezar, a partir de hoy, a entrenar (ya en el nuevo Dojo) con mi nuevo cinturón.
Estar de nuevo en ese gimnasio... después de haber entrenado ahí durante 16 meses, se me hizo tan raro ver todo desde afuera, entrar como una simple visitante, como una extraña... y ya se imaginarán: adentro mío, una revolución de sentimientos.
Ninguno de los que fueron mis compañeros asistieron hoy. Eso me descorazonó en parte; me hubiera gustado saludarlos, y más ahora que quizás no los vuelva a ver más (salvo que se me permita ir de vez en cuando de visita, cuestión sobre la que me olvidé de preguntar)... la puta madre, que alguien me alcance un paquete de carilinas que se viene la catarata de lágrimas (si, por más que no quiera, siempre termino mostrando el lado sensible).
A pesar de que estoy bastante contenta en el nuevo Dojo, esto es algo en lo que todavía no termino de caer. Fue un cambio demasiado abrupto, a pesar de todo. Creo que me va a llevar tiempo hacerme a la idea.
Pero puedo rescatar algo positivo de todo esto, más que nada: que en el nuevo Dojo tengo ahora una nueva amiga que me ha ayudado mucho a pesar de lo tan poco que hace que nos conocemos. Es increíble cómo alguien que prácticamente no me conoce, me ayuda y me anima. Y eso para mí tiene un valor incalculable.
2 comentarios:
Hola preciosa, creí que no me querías más, vine un par de veces y jamás contestabas mis coment.. Me dio mucho gusto encontrarme nuevamente contigo.
Un beso enorme.
Para mi, te canto la posta ninguno de tus compas fue para no ponerse a lagrimear también.
y bueno, no hay mal que por bien no venga no? yo justo hoy renuncié a un laburo que me tenía muy contento en unos aspectos y bastante para el carajo en otros. Ahora tengo miedo de qué me espera en el nuevo, pero veremos que pasa.
Animo, tigresa!
ME GUSTA QUE TE HAYAS REIDO CON EL ULTIMO POST!
Publicar un comentario