domingo, 14 de septiembre de 2008

Capítulo 19: Nuevo gran amor

En octubre del 2004 había empezado la telenovela Gitanas. La que al poco tiempo se convirtió en mi favorita. Ahí fue que conocí a Erick Elías, el actor que interpretaba a Jonás. Y no pasó para nada desapercibido. Pasé a formar entonces parte de un fans club oficial internacional que estaba a cargo de Adina, una chica rumana que era apasionada por todo lo que tuviese que ver con los gitanos y fanática del personaje que Erick interpretaba en la telenovela.

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Entonces, Erick era lo que se dice un amor platónico. Pero ¿qué pasó después? En abril del 2005 Erick vino a Buenos Aires a grabar un piloto para una nueva telenovela, coproducida por Telemundo y Promofilm. Y Carolina, que era una chica muy amiga de Erick, recibió por parte de la representante de él la dirección del hotel donde Erick se hospedaría… HOTEL PLAZA ABASTO!!! A 3 CUADRAS DE MI CASA!!! Mejor imposible.

Recuerdo que el día fue el 3 de abril, domingo. Me puse de acuerdo con Yamila, una de las chicas del club de fans, que vivía en Lanús, y nos juntamos en el Abasto para ir de ahí al hotel. Llegamos, dijimos en la recepción que esperábamos a una persona y nos permitieron sentarnos en los sillones del lobby.

Igual ahí duramos lo que un pedo en una canasta, porque a los 5 minutos (o menos) aparece un muchacho alto, delgado, morocho… yo no lo reconocí al principio porque llevaba anteojos negros. “¡Es ese, es ese!”, me decía Yamila. Las dos estábamos paralizadas sin saber qué hacer, hasta que me levanté del sillón y me fui detrás de Erick, y Yamila me siguió. Lo alcanzamos en la puerta y lo saludamos. Le dijimos que lo estábamos viendo en Gitanas y que nos gustaba mucho su actuación. Nos preguntó qué hacíamos por allá, qué planes teníamos, cómo sabíamos que él estaba ahí, si éramos amigas… Le respondimos que habíamos ido a verlo a él, que sabíamos que estaba ahí porque nos enteramos por el club de fans, y que sí, éramos amigas.

Nos firmó unos autógrafos, nos sacamos unas fotos con él, nos contó que probablemente vendría a quedarse a Buenos Aires varios meses por la grabación de una telenovela cuyo piloto había ido en ese momento a grabar.


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En ese momento llegó un remis a buscarlo y nos despedimos de él. Con Yamila teníamos un hambre que nos moríamos, así que volvimos al Abasto y fuimos a comer al McDonald’s. Las dos estábamos flasheadas mal, sin caer todavía en que lo habíamos visto. Pero las pruebas ahí estaban: teníamos el autógrafo y teníamos las fotos, no había sido un sueño.

Dos días después, se me ocurrió ir de nuevo al hotel, aunque mentalizada en que no lo encontraría. Le llevé unas copias de las fotos y un retrato de él que yo misma había dibujado. Fui a recepción y pedí que me comunicasen con él (lo bueno era que al no ser un actor conocido en aquel momento, no me lo negaban). El conserje llamó y me pasó el teléfono. Saludé a Erick, le dije que estaba en recepción y a los 2 minutos bajó. Lo vi acercarse, hablando por celular. Terminó de hablar, me saludó y me llevó para afuera. Charlamos un poco, le dije que pensé que no lo encontraría porque tal vez estaría grabando, a lo que me dijo que ya no le quedaba mucho y que al día siguiente probablemente se iría de regreso a Miami. Le di las copias de las fotos, y antes de que terminase de preguntar si se las regalaba, le contesté que claro! Le di el dibujo y quedó encantado, tanto que me pidió que se lo firmara o que le escribiese algo. Así lo hice, le comenté luego que me había escrito unos mails con Chao (otro actor de Gitanas) y que éste me había mandado saludos para él. Erick entonces tomó su Nextel y llamó a Chao, gracias a eso pude saludarlo y hablar un poquito con él.

Erick me contó que ese día había visto Gitanas y me preguntó por qué el canal acortaba los capítulos, ante lo cual me puse de todos los colores. Ya sé que no era mi culpa, pero que Erick viera las barrabasadas que hacen los canales, no fue muy lindo que digamos.

No estuve mucho tiempo más. Me despedí de Erick con un beso y un abrazo, y la promesa de seguir en contacto y volvernos a ver cuando viniera nuevamente a Buenos Aires.

Mi vida dio un giro de 180 grados a partir de ese día. Erick había dejado de ser un amor platónico para convertirse en posible, a partir de aquella posibilidad de que viniese a Buenos Aires por 9 meses a grabar (la de cosas que pueden pasar en 9 meses!) y la promesa de volvernos a ver, que me había hecho en el primer mail que me mandó luego de volver a Miami. Me enamoré como una tonta.

Los meses siguientes la pasé bastante mal porque no respondía mis mensajes y sentía que no había cumplido su promesa. Y lo peor de todo es que el proyecto de la telenovela se postergaba y se postergaba, haciendo de aquella “dulce espera” una agonía interminable.

Erick había cambiado su actitud y se había vuelto agresivo y creído. Lo cual generó problemas con Adina, quien al no aguantar más la situación contó todo públicamente. Eso hizo que parte del club de fans se nos pusiera en contra. Pasado un tiempo la situación se arregló aunque en cierto sentido ya no era igual.

Al final la telenovela se canceló. Habiendo pasado casi un año del día que conocí a Erick recibí esa noticia que me cayó como un balde de agua helada. Se imaginarán que lloré por varios días.

El sentimiento tardó varios meses en morir. Después de eso, Erick respondió un mail que le había mandado, y hoy sigo viendo sus telenovelas como quien visita a un buen amigo.

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