miércoles, 3 de septiembre de 2008

Capítulo 8: Fin y principio

Mi séptimo grado, el que comencé después de mis vacaciones en Maceió (a donde fui medio a regañadientes porque hubiese preferido ir a otro lado) y de comenzar una nueva etapa biológica (si, Andrés el que viene una vez por mes hizo su primera aparición, a mis 12 años, en enero de 1996… en verano tenía que ser, me cago en la puta!), no fue un séptimo grado convencional. Más que nada por la decisión que había tomado de no ir al viaje de egresadas. Tenía pocas amigas, mi situación en el grupo no era buena, aunque a pesar de todo hubo muchas compañeras que trataron de convencerme. Otro tema era que todavía me sentía muy en el cascarón para hacer un viaje sin la familia.


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Igual no era un viaje de egresados normal. En la mayoría de los colegios, séptimo grado se va a Córdoba una semana, y en el mío el llamado viaje de egresadas fueron tres días en una ciudad llamada Mariápolis, que quedaba en O’Higgins (no me pregunten mucho porque la verdad es que no tengo ni puta idea).

El viaje pasó, el año también, estuve muy cerca de tener que rendir una materia en diciembre, aunque al final aprobé raspando. Y se terminó la primaria. El cierre con toda fue el brindis que se hizo en el colegio a mediados de diciembre. Una mesa larguísima para nosotras, mesas varias para la familia, fotos grupales de las dos divisiones desde jardín hasta séptimo grado, y mucho baile.

Primer año, y se acabó la joda. Lo malo fue que no tomé consciencia de que estaba en la secundaria hasta la mitad del primer trimestre y después de unas notas catastróficas me tuve que romper el culo estudiando para no terminar ese trimestre con todas las materias desaprobadas. El segundo trimestre vino mejor, hubo materias que pude levantar y materias que no. El tercero fue, si bien no más difícil, sí más tenso por aquella cuestión de que tenías que sacar 6 de promedio como mínimo en todas las materias ya que aunque tuvieras 6 o más en los dos anteriores, si te sacás menos de 6 en el tercer trimestre te llevas el trimestre a diciembre.

Me terminé llevando 4 materias. Mi primera experiencia con exámenes de diciembre, y posteriormente con los de marzo ya que de las 4 materias que me llevé me quedó una desaprobada.

Mi madre, que se tomaba el tema del colegio y de materias desaprobadas como si fuese el fin del mundo, no se dan idea de cómo protestó. La verdad es que nunca entendí cómo ella fue siempre tan incapaz de entender que uno no es una máquina que puede estar prendida 24 horas del día, que un ser humano no puede estudiar todo el día, que también necesita vivir un poco.

Gracias a Dios pude aprobar esa materia en marzo, y pasar a segundo año sin materias previas. Ese año fue la parte “light” del secundario.

En ese año, 1998, fue cuando tuve mi primera experiencia en lo que era pertenecer a un club de fans: me inscribí en el fans club oficial de Chayanne.

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