sábado, 21 de junio de 2008

Leonera

¿Alguna vez sintieron miedo de terminar en la cárcel?

No me refiero a si hicieron algo que quedó impune y por lo que corrieron peligro, sino a si en algún momento estuvieron en una situación en la que pensaban que serían capaces de cometer una locura.

Yo, varias veces. Muchas veces he tenido ganas de matar a alguien por alguna u otra razón. Es obvio que jamás lo haría a no ser que pierda la razón y, a Dios gracias, estoy bastante lejos de eso. Pero en ocasiones he sentido que la razón podría desposeerme y que antes de decir "Pablito clavó un clavito" tendría un cadáver delante mío y a la Policía poniéndome las esposas y llevándome a la comisaría para terminar, a los pocos días, en la Unidad 3 de Ezeiza, tratando de sobrevivir porque según lo que investigué, infierno es una palabra muy light para definir ese penal.

En momentos de depresión profunda, mentiría si dijera que no me dieron ganas de pichicatearme con la primera mierda que pudiera. Otra razón por la cual podría terminar en Ezeiza. Pero nah, miren si voy a andar buscando droga por ahí. A lo sumo me puedo llegar a marear con alguna inhalable, pero hasta ahí.

Ahora, ¿qué es lo que realmente nos salva de cometer una locura? ¿El temor de Dios? ¿El miedo a ir a la cárcel? ¿El miedo a arrepentirnos? ¿O todas estas y otras razones juntas?

Bue, a un no creyente le va a chupar un huevo el temor de Dios porque no cree en Dios, a alguien que no sabe lo que es la cárcel porque ni siquiera investigó sobre cómo se vive ahí adentro le va a chupar un huevo caer en cana (o de plano no le importa porque no le importa y punto... lo peor de todo es que hay gente que ya estuvo presa y encima reincide, pareciera que le tomó el gusto a eso de ser tumbero), y alguien realmente muy frío no va a pensar en que se puede arrepentir.

Yo soy creyente y sinceramente nunca atentaría contra nadie, salvo que sea por defenderme o defender a una persona a quien quiero o porque realmente perdí la razón. La cárcel, después de investigar lo que es el penal de Ezeiza, es algo por lo que realmente jamás quisiera pasar, porque una puede, incluso, salir de ahí con los pies para adelante. Y en cuanto a arrepentirse, yo tengo la fortuna o la desgracia, según la situación, de ser una persona extremadamente sentimental y tengo tendencia a arrepentirme de las cagadas que hago.

Así que si no termino en la cárcel es por mí misma y no porque Dios sea grande... o quizá por ambas cosas.

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