viernes, 18 de mayo de 2007

Destilando amor

A veces quisiera saber quién carajo me manda a ser tan entregada...

Me cuesta entrar en confianza, mas no tomarle cariño a la gente, lo cual suelo hacer al poco tiempo de conocer a alguien. Y termino entregando más de lo que me dan.

En algunos casos es bueno. En otros, como mi situación actual, es una mierda. Básicamente la peor mierda :(

Más cuando uno no es correspondido... porque uno de tonto entrega, entrega y entrega, con la esperanza de que le respondan de la misma manera. Y no sólo no lo hacen, sino que además, queriendo o no, te sentencian con una palabra que podría doler más que una puñalada en medio del maldito corazón. Y lo peor es que ante una situación así no puedo decir nada y me tengo que meter en el orto todo lo que siento. A riesgo de que algún día estalle y en el peor momento.

Sería buenísimo no sentir tanto. Algunos dicen que cuando uno no siente intensamente las cosas es como si no estuviera vivo... ahora digo yo: ¿hace falta estar taaaaaaaaaaaaan vivo? ¿Hace falta tartamudear y sonreír como una pelotuda cuando se te acerca determinado ser humano? ¿Es necesario enamorarse de cada persona que se preocupe por una y llorar eternamente ante el primer altercado?

En fin, nadie lo dijo mejor que Rubén Darío:

"Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente."


Bue, ya perdí totalmente la concentración. Pero qué sé yo, hay que considerar que, a veces, es mejor no sentir nada.

No hay comentarios: