sábado, 5 de mayo de 2007

Un sentimiento de mierda

“Amor no es aquello que queremos sentir, sino aquello que sentimos sin querer”, dice la frase. Y si, justamente porque lo sentimos sin querer, es que a algunos nos caga tanto la vida.

Ojalá uno pudiera elegir de quién enamorarse. La vida sería tan fácil… Uno se ahorraría lágrimas, sufrimientos, disgustos, desengaños, depresiones, y hasta suicidios por penas de amor, ¿no? Díganmelo a mí, que viví hace 5 años una relación más destructiva que el Tsunami, y que si no fuera porque Dios es grande, me hubiera llevado al suicidio, o a la locura. Hasta el día de hoy no sé quién tuvo más culpa: si él por hijo de puta o yo por inexperta y boluda O_o

Pero no. El de Allá Arriba nos tuvo que venir a complicar la existencia con un sentimiento que no podemos manejar nosotros, que se nos va de las manos, y que cuando queremos darnos cuenta ya es un camino sin retorno ¬¬

Cada vez que uno se enamora (y más después de recibir palo tras palo tras palo como me pasó a mí) recibe consejos externos del tipo “no te ilusiones”, “no te enamores de esa persona”… pero por desgracia esos consejeros (de cuyas buenas intenciones uno nunca duda) se olvidan de que el amor se siente con el corazón y no con la cabeza. Y por consecuencia uno se termina enamorando de quien menos bola le da o de quien menos lo merece o lo que sea.

Yo personalmente ya estoy un poco harta de este círculo vicioso que parece no tener final. Lo peor de todo es que cada vez que me enamoro, es más fuerte que la anterior. Y por lo mismo, en el momento en que se va todo al carajo, el golpe duele cada vez más.

¿Por qué digo todo esto? Estoy enamorada desde hace 6 meses de alguien que no acusa recibo, que no tiene ni perra idea de lo que pasa dentro mío, que a veces me trata re bien y otras es re indiferente conmigo. Y yo ya estoy que no sé por dónde. El susodicho no me conoce mucho y no tengo forma de hacer que me conozca si no me da cabida. Es más, la indiferencia con la que me trata a veces me hace mal (tal es así que la última vez volví a casa llorando) y como que también me estoy hartando de ser dulce; ya parezco una arrastrada y una tiene que tener dignidad, viste? Y yo ya no sé qué más hacer y seguro que va a llegar a un punto en el que ya no aguante más con esto adentro, le termine soltando lo que siento y se vaya todo a la mierda. No sé cómo vaya a terminar esta historia ni qué voy a hacer al respecto.

¿Y si lo castigo “con el látigo de mi desprecio”? En una de esas así reacciona… ¿qué opinan?

El caso es que el amor es un sentimiento de mierda. Mientras hace felices a unos, a otros nos hace llorar más que protagonista de culebrón mexicano. Algunos me dirán que no diga esto y que el amor es lindo… ya a estas alturas soy capaz de contestar “que te lo crea Montoto, porque algo que supuestamente es tan lindo no te puede hacer sufrir de esa manera”.

Al final terminé haciendo catarsis. Pueden echarle la culpa a las hormonas si quieren.

Perdón.

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