miércoles, 16 de mayo de 2007

Rodeada de silencio y desamor

Ya sé que rompo demasiado las bolas con este tema... pero siempre pienso en lo fácil que sería la vida si uno pudiera mandar sobre el corazón.

Nos ahorraríamos tantas cosas... por empezar yo no hubiera sido tan ciega y hubiera sabido poner el freno a tiempo, sin llegar al extremo de estar al borde del suicidio o de la locura, la única vez que estuve de novia. Nos ahorraríamos lágrimas, sufrimientos, depresiones y demás mierdas que aquejan a todo enamorado que sufre. Es más, ni sufriríamos.

Yo me hubiese ahorrado ese infierno que viví hace 5 años y que, sinceramente, no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Me hubiese ahorrado decepciones posteriores con personas con las que (no sé si por desgracia o por fortuna) nunca llegué a tener nada, me hubiese ahorrado noches de insomnio...

En este aspecto de la vida, mi futuro es más indescifrable que la estatura de María Elena Saldaña. Actualmente estoy en una situación rara. Odio y amor al mismo tiempo. Tensión. Y demás emociones y sentimientos. Como que ahora más que nunca pienso que ojalá pudiéramos manejar los sentimientos, así en vez de estar dándole vueltas y vueltas en la cabeza al asunto y tener miedo de sus posibles reacciones, fácilmente y sin pensar en nada, dar la media vuelta y mandarlo a la vagina de su progenitora. Y santas pascuas.

Probablemente termine en un convento, dando votos de castidad (?). Probablemente este palo tras palo tras palo que no paro de recibir en cuestiones del corazón sean señales del de allá arriba de que deje de soñar con cosas que solamente pasan en las telenovelas, aunque muchos digan que no. O de que me ponga media pila, empiece a laburar y así poner tierra de por medio cuanto antes. ¿Será que hay alguien esperándome en algún lugar lejos de acá?

Nah. No tengo tanta suerte ¬¬

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